The Widow... (para leer con ella de fondo)

Sola se quedo pensando.
Eran las 21:00 horas y era lo único ser sin nada que hacer esa noche.
Tampoco quería hacer mucho. Tomo sus mejores CD’s y los comenzó a reproducir sola en su pieza.
Escribía para olvidar que tenia pena.
Escribía con música de fondo.
Escribía con llanto de frente.

Solo quería no pensar y era lo que mas hacia.

Las guitarras retumbaban en etéreo y deseaba azotarse contra las paredes al ritmo de cada una.
Las voces fieras la liberaban de esas mierdas que colapsaban su garganta e impedían que el aliento calmara su angustia.

Miro por la ventana y ni la luna la acompañaba. El cielo tenia un tono negro, lo que le recordaba que era pleno invierno en la ciudad.

Odiaba esa sensación de angustia, pero, ¿Qué podía hacer?

La piel era lo único que sentía propio en ese momento, todo lo demás era ajeno, hasta sus pensamientos le parecían preconcebidos, aprendidos de alguno de esos tanto libros a medio leer que habían pasado por sus manos y robado un poquito de su paz.

Se comenzó a tocar para ver si así lograba humanizarse con un poco de placer.
Sus piernas largas se enredaban en sus sabanas aun infantiles.
La música cayó de su cama.
Los escritos no existieron más.
Solo piel con piel, solo ella con su amor más infiel, callando las palabras de amor que nadie supo apreciar.

La angustia crecía hasta que con un grito mudo hizo que las paredes se deshicieran de calor.
El llanto se hizo enfermizo.
La cama gigante.
La vida pequeña.
El lápiz de un costado agudo, y la sangre liberadora.