Perdiendo mi juego favorito....
Mi demonio.
Mi karma.
Mi eterno dolor.
Nunca fui lo suficientemente buena como para acompañarte.
Nunca linda.
Nunca delgada.
Nunca cool.
Nunca loser.
Siempre insegura.
Siempre enamorada.
Siempre ultrajada.
Siempre tuya...
Demonio celestial, en que momento te abri las puertas virgenes de mi monumento, para que lo ensangrentaras y basurearas, con ese amor a cuartos, escondido, clandestino, morboso e infantil.
¿Qué me diste pecado perfecto?
Impaciente espero venganza.
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